La idea de la monarquía es majestuosa. A lo largo de la historia, muchos monarcas han creído ser elegidos por Dios para liderar y que, por lo tanto, poseían cierta superioridad divina. Aunque fuesen elegidos por un poder superior, no son inmortales.

No todos los reyes viven una vida digna, pero hay algunos que además tuvieron muertes bastante indecorosas. Algunos murieron en accidentes muy desafortunados o incluso surrealistas. Haz clic en la galería para descubrir las muertes más vergonzosas de los miembros de la realeza.

Rey Adolfo Federico de Suecia 

El rey Adolf Frederick se sentó a cenar el martes de carnaval de 1771. Tradicionalmente, el martes de carnaval se come una comida abundante y rica en grasas y el rey comió caviar, langosta, una variedad de carnes y bebió champán.

Por si eso no fuese diferente, eligió un postre nórdico llamado selma. A pesar de que acababa de darse un gran banquete, ¡se comió 14 selmas! Esa noche, se quejó de una indigestión severa y murió de problemas digestivos.


Sigurd el Poderoso 

Sigurd fue un famoso guerrero que guio a los nórdicos a Escocia, pero se convirtió en enemigo del líder local escocés, Maelbrigd. Decidieron llevar a 40 hombres cada uno para enfrentarse en la batalla y poner fin a su enemistad.

 Sigurd no honró el acuerdo y llevó a 80 hombres. Obviamente, ganó la batalla. Se llevó la cabeza de su enemigo como símbolo de la victoria y la ató a silla de montar de su caballo.

De camino a casa, la cabeza de Maelbrigd rebotó en su pierna y ‘lo mordió’. Maelbrigd se vengó desde el más allá, ya que Sigurd murió a causa de la herida porque se le infectó. Bueno, ¡al menos eso es lo que dicen!

Emperador Qin Shi Huangdi 

Qin Shi Huangdi fue el primer emperador de China, hace más de 2000 años y se dice que estaba obsesionado con la inmortalidad.

Desafortunadamente, un experimento acortó su vida. Los historiadores creen que consumió cinabrio, una forma de mercurio, pensando que podría otorgarle la vida eterna. Por supuesto, el mercurio lo mató.