El mundo brilla con cintas nupciales y purpurina, pero seamos sinceras: no todo el brillo pertenece a un vestido de novia. En la búsqueda constante de la originalidad, algunas novias parecen olvidar dónde está la línea entre lo “creativo” y lo “caótico”. Plumas, látex, neón… lo que sea, probablemente alguien lo haya llevado al altar. Aquí están los vestidos que quizás deberían haberse quedado en el cuaderno de bocetos del diseñador (o al menos en el probador).
Gótico.
Escondido bajo una montaña de capas oscuras podría haber un vestido impresionante, si tan solo pudiéramos verlo. Las telas pesadas y el estilo dramático absorben por completo cualquier elegancia que pudiera haber tenido. Si bien romper los límites de la moda puede ser emocionante, esta creación se siente más como un accesorio teatral que como una declaración nupcial. En lugar de un romance misterioso, ofrece un “traje gótico de escenario”. Con un poco de moderación, podría haber sido impresionante. En cambio, es simplemente… mucho.

Espíritu Libre
Nadie puede acusar a esta novia de falta de personalidad. Su vestido de novia rezuma originalidad, con una fuerte energía DIY que sugiere que fue confeccionado en un momento de inspiración irrefrenable. Es menos “alta costura” y más “proyecto artesanal”, pero lo luce con orgullo, y esa confianza irradia más que cualquier velo. ¿El único problema? El rostro de su novio cuenta una historia muy diferente: una mezcla de sorpresa y un ligero arrepentimiento.

Mamá June
Cuando Mamá June y Sugar Bear renovaron sus votos en 2012, nadie esperaba un vestido de encaje tradicional, y ella presentó exactamente eso: un vestido de novia de camuflaje completo. Los fans de “Here Comes Honey Boo Boo” no se sorprendieron, pero el look definitivamente causó sensación. Completo con detalles en naranja cazador (sí, los necesarios para la seguridad), fue mitad boda, mitad aventura al aire libre. Quizás no atemporal, pero innegablemente inolvidable.

Cabello Humano
Olvídate del satén, la seda o el tul: esta novia optó directamente por el impacto. Su vestido estaba hecho completamente de cabello humano real. Más de 250 metros. Si bien es un tema de conversación, también es un poco de pesadilla, más propio de una película de terror que de una luna de miel. Hay que admirar la artesanía, pero ¿el concepto? Digamos que le da a la palabra “espeluznante” un significado completamente nuevo.

Capullo
En 1965, un diseñador decidió reinventar la moda nupcial con un vestido inspirado en las muñecas rusas. La idea era crear curvas suaves y en capas que envolvieran a la novia en una elegancia escultural. El resultado, sin embargo, se situó a medio camino entre un “experimento artístico” y una “bolsa de ropa sucia”. Es uno de esos looks que te hacen comprender por qué ciertas tendencias nunca vuelven.

Bollos de Crema
Este se toma la expresión “novia dulce” bastante literalmente. Confeccionado completamente con bollos de crema auténticos, el vestido pesaba casi 9 kilos. Es encantador en teoría, pero no tanto cuando te das cuenta de que podría derretirse bajo las luces. Aunque es una mezcla caprichosa de moda y postre, probablemente sea mejor dejar los pasteles en la mesa de recepción, no en el armario.

Escandaloso
Lady Mary Charteris nunca siguió las reglas de la realeza, y su look de boda lo demostró. La hija del conde de Wemyss caminó hacia el altar con un vestido revelador y vanguardista que causó sensación. Era atrevido, arriesgado y, sin complejos, propio de ella. Aunque su padre podría haber deseado más tela, Lady Mary claramente prefirió hacer historia en la moda en lugar de seguir el protocolo.

Pintura corporal
Algunas novias gastan fortunas en vestidos de diseñador. Otras, como esta, deciden prescindir por completo de la tela. Cubierta de intrincada pintura corporal, transformó su piel en su “vestido”. El arte es impresionante, ¿pero su practicidad? Dudosa. Entre manchas, sudor y abrazos inesperados, esta es una idea económica que es mejor guardar para sesiones de fotos, no para ceremonias reales.

Úrsula
Con detalles negros en espiral y drapeados que parecen tentáculos, este vestido parece sacado del armario de una villana de Disney. Es dramático, teatral e impactante, pero llamarlo vestido de novia podría ser generoso. Como disfraz, es impresionante. ¿Como vestido de novia? Digamos que solo le falta un tridente y un monólogo de villana.

Pato
De vez en cuando, un diseñador se inspira en… la vida silvestre. La espalda de este vestido recuerda inequívocamente a un pato, con sus “plumas” redondeadas y una silueta peculiar y abultada. La parte delantera tampoco ayuda, pues parece un alfiletero de texturas que sobresalen. Es atrevido, imaginativo e innegablemente digno de conversación, pero quizás sea más adecuado para una galería de arte que para un altar.
¿Les gustaría que esta versión sonara más al estilo BuzzFeed (con más humor y transiciones impactantes) o más editorial y refinada (como un artículo de revista de moda)?
