Para el común de los mortales, el que alguien se someta a una cirugía para parecerse a Barbie o Ken puede sonar a chiste, pero se trata de un hecho muy real.
Sí, hay personas que pasan por el quirófano en varias ocasiones para acabar cambiando radicalmente de imagen, tras previo pago de miles y miles de dólares. No obstante, existe un cierto riesgo de que estas operaciones salgan mal, posibilidad que de momento no les disuade de continuar modelando su apariencia.