A pesar de los esfuerzos por fomentar el multiculturalismo y la tolerancia, las tradiciones nacionales de otros pueblos pueden parecernos extrañas o incluso aterradoras. Por ejemplo, las costumbres de los gitanos, que viven cerca y tienen un estilo de vida diferente, pueden parecernos muy peculiares. En este texto, analizaremos las desconocidas normas relacionadas con el matrimonio y las bodas de esta etnia.
Es habitual que los gitanos se casen a una edad temprana, y algunos consideran los 14 años como una edad potencial para las novias. Desde entonces, intenta bailar hasta el final de las bodas y otras ceremonias. Esto se debe a que sabe que, en ese momento, los padres de los futuros maridos buscan un candidato adecuado. Si una chica romaní no se casa antes de los 19 años, ya se la considera una solterona mayor.
El número de jarras de oro juzga a los hombres jóvenes.
La novia se compra el día de la boda a cambio de oro. El padre de la novia o, en su ausencia, sus hermanos, determinan una cantidad de pago basada en juegos de tres litros de oro.
Se revelan los valores de la novia.
Antes de la primera noche romaní, la novia se queda sola con las mujeres mayores de su familia, que ponen a prueba su virginidad. Los resultados de la prueba se presentan a los invitados a la boda mostrando una sábana manchada de sangre. Esta práctica se denomina “exhibición de la virtud”. Si la novia no supera la prueba, el matrimonio se anula inmediatamente, lo que se considera la peor maldición para los romaníes.
El divorcio no es una opción entre los romaníes, ya que el matrimonio es para toda la vida. En los raros casos en que la cohabitación no es posible, un tribunal compuesto por las autoridades masculinas de la comunidad gitana se reúne para tomar una decisión.