El escritor Fernando Sánchez Dragó ha fallecido este lunes a los ochenta y seis años de un infarto, según han informado varios medios citando fuentes familiares. El anuncio de la muerte del escritor cogió por sorpresa a muchos de sus seguidores, ya que apenas dos horas antes de conocerse la noticia de su fallecimiento, Fernando colgó una foto suya en su cuenta oficial de Twitter.

Fue a las 9:46 horas. Dragó, que ha sido muy activo en esa red social, subió una imagen de su gato Nano sobre sus hombros. “El gato Nano me desea buenos días. Él sabe que el secreto de casi todo está en la cabeza”, escribió en su página. El escritor se encontraba de vacaciones en su residencia de Castelfrío de la Sierra, en la provincia de Soria, donde le acompañaba su querido gato. Nano aparecía habitualmente en algunas de las fotos que el escritor colgaba en Twitter cuando estaba en Castilla y León. “Hoy, en Castilfrío… Sofá, gato, mi novia leyendo y yo escribiendo. Por ejemplo, ” pax in terra”, escribió el 17 de marzo junto a una foto de Nano.

La foto subida este lunes con su gato podría haber sido tomada momentos antes de su muerte. Tras subir la imagen a las 9:46 horas, los servicios de Emergencias Castilla y León 112 aseguraron que a las 9:57 horas recibieron una llamada en la que se les pedía que acudieran a la casa. Es decir, apenas once minutos después de que se colgara la foto en las redes sociales.

El alcalde, Joaquín Cobo, confirmó posteriormente la muerte del escritor, que se produjo sobre las diez en la casa en la que vivía con su pareja.

Dragó siempre había sentido una gran atracción por los gatos. En 2009 publicó una novela, “Soseki, el inmortal y el tigre”, en la que relataba las aventuras y peripecias de otro de sus felinos. “Esta es la historia de un gato que, como todos los gatos, era un gato mágico. Recorrió los pueblos de las tierras altas de Soria en busca de un hogar. Era un gato aventurero al que le encantaba viajar pero no tenía nombre. Y el que no tiene nombre viaja sin brújula, sin saber adónde va. Para conocer su verdadero nombre, este gato mágico tenía que encontrar su hogar. Y así conoció a Fernando Sánchez Dragó. El escritor y el gato se hicieron amigos, y Drago le dio al gato el nombre que llevaba tanto tiempo buscando: Soseki. A partir de ese momento, Soseki se convirtió en un miembro más de la familia, y cuando el peligro se cierne sobre la casa de Drago, éste no dudó en hacer el sacrificio más valiente para proteger a los más pequeños de la casa. Esta historia trata de aventuras, amor y heroísmo, con Soseki como protagonista. Un libro real y mágico a la vez, en el que el lector encontrará a Fernando Sánchez Dragó escribiendo sobre su amada Soseki con ternura y ligera fantasía”, reza la sinopsis del libro, uno de los muchos que Dragó escribió a lo largo de su vida.

Cabe destacar que Nano, el último de sus gatos, podría haberse llamado así por el apodo con el que la familia llamaba a Sánchez Dragó cuando era niño. “Tú siempre, Nano, corre delante del toro de la vida”. Eso me decía mi madre. Y así fue. Esta foto, tomada en Cañada Honda, Soria, en 1975, le da la razón”, escribió Dragó en su cuenta de Twitter.